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BIRMAN, 2014 o la inesperada virtud de la ignorancia.
Birdman, la nueva apuesta del
director de Amores Perros, no solo representa el renacer de la carrera de
Michael Keaton, perdido en años y años de papeles muy menores, sino también
representa un viraje en la carrera del mismo director.
González Iñarrritu había caído en un espiral
sin fin en cuanto a su narrativa, a pesar del divorcio artístico con su guionista
de sus primeros films el también mexicano Guillermo Arriaga, si bien
estilísticamente la separación significó un cambio en su cine, no lo fue así en
cuanto a la temática, cada vez más incisiva en mostrar las miserias del hombre,
y lo peor, en cada película lo hacía de manera más abyecta.
Birdman está filmada muy lejos de
esos tópicos, Iñarritu, además de alejarse del extremismo, se olvida de puzles
temporales sin sentido, y en está ocasión presenta una historia lineal en un único
falso plano secuencia, sobresaliendo la pericia y gran técnica de Emmanuel
Lubezki con la cámara en mano, con un gran trabajo de fotografía; Uno de los
tantos aciertos del film que dota del vértigo necesario a la historia que se
desarrolla en el medio teatral.
Keaton interpreta a Riggan, un
actor que vivió su gran momento de fama en los años 90 cuando se puso en la
piel de un superhéroe en una saga de 3 exitosas películas, no por casualidad
Keaton es quien lo interpreta, quien también en los años 90 hizo el papel de Batman
de Tim Burton; Riggan está ensayando para el estreno de su propia adaptación a un relato de Raymond
Carver, buscando el tan anhelado renacer de su carrera y el prestigio que da
montarla en Broadway.
Mostrando los incidentes y descabellos
entretelones de toda puesta en escena, y el riesgo que conlleva montarla,
Iñarritu toma vuelos con un inicio bastante frenético y que sirve para mostrar
al maravilloso casting que ha conformado, donde además de Keaton, brilla
intensamente un insoportable Edward Norton, junto a Naomi Watts, Zach
Galifianakis (alejándose del papel de gordo simpático que le ha dado la fama en
un tan explotado film, y mostrando que puede hacer más que solo un papel de
secundario de olvido) y los hermosos ojos de Emma Stone.
Como un verdadero tour de force,
Birdman alcanza su momento más intenso en el duelo actoral entre Keaton y
Norton, que interpreta a un actor que saca de sus casillas el ego de Riggan y
lo hace caer al fondo de donde buscará resurgir, esto sin demeritar el trabajo
del resto del elenco.
Dolido por ciertas lapidarias
críticas que han recibido sus últimos trabajos (21 grams, Babel y Biutiful),
Iñarritu arremete con ¡todo! apelando en buenos momentos al humor, con algo de
resentimiento, lo mismo que a los dardos lanzados contra cierto cine comercial,
y al de sus estrellas. Pero Birdman ofrece más cosas a favor que en contra; el
excelente trazo de cada plano secuencia, todas las actuaciones, los exquisitos
diálogos en los que el grupo de guionistas han realizado una verdadera labor
titánica y por momentos la música de batería a cargo de Antonio Sánchez, aunque
en algunos tramos resulta demasiado invasiva.
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